sábado, 7 de julio de 2012

CUMPLE DE VERDAD TUS SUEÑOS DE LA INFANCIA

Busca la pasión que debe mover tu vida.
Esa pasión no está ni en cosas materiales ni en el dinero;
siempre habrá alguien alrededor tuyo que tendrá más.
 La verdadera pasión está en las cosas que te llenan desde tu interior y está cimentada en las personas y en las relaciones con las personas, y en cómo serás recordado cuando ya no estés aquí.


Randy Pausch



Bajo este título, el profesor universitario y científico estadounidense Randy Pausch desarrolló su llamada "Última lección", una charla magistral que el 18 de Septiembre de 2007 dio ante 400 personas - entre estudiantes y colegas -  en la Universidad Carnegie Mellon como parte de una tradición académica de esa casa de estudios.

Gran parte de las universidades organizan “últimas lecciones” en las que les piden a los profesores que se imaginen que van a morir al día siguiente y piensen en qué conocimientos, filosofías o creencias les quisieran pasar a los demás antes de partir. Esto resultó una gran ironía en el caso del Profesor Pausch. Veamos por qué.




Lo que nadie esperaba en esa ocasión es que Randy abriese su exposición anunciando que tenía cáncer de páncreas y los médicos le daban entre tres y seis meses de vida.


"Es lo que es y no podemos cambiarlo", aseguró, antes de afrontar la charla con un humor y sentido común que le convirtieron en una celebridad.



La última conferencia de Randy Pausch fue dictada para unas 400 personas
 en la Universidad Carnegie Mellon, y luego vista por varios millones de personas
 de todo el mundo, pero Pausch aclara que sus palabras están dirigidas
 especialmente  a sus tres hijos, Chloe, Dylan y Logan

"Estoy intentando meterme en una botella que un día aparecerá en la playa para mis hijos", aseguró en aquella lección para intentar explicar sus motivos. No en vano, Pausch, considerado como una de las 100 personas más influyentes por 'Time', insistía en que tanto su charla como su libro estaban preparados para sus hijos, una audiencia de cinco, dos y un año.







En su exposición, no quiso hablar de cáncer, sino de sus sueños infantiles que, por fin, había cumplido en mayor o menor grado:
  • estar en gravedad cero,
  • jugar en la liga de fútbol americano,
  • firmar un artículo en la enciclopedia World Book,
  • participar en Star Trek,
  • ganar un peluche y
  • ser un creativo de Disney.   
                                                                                                                                                    ”Jai y yo nunca les hemos dicho que me estoy muriendo, de modo que mis hijos ignoran que cada encuentro con ellos es una despedida. Me duele pensar que cuando sean mayores no tendrán a su padre. Cuando lloro no acostumbro a pensar en las cosas que no les veré hacer. Me centro más en lo que van a perder ellos que en lo que yo me perderé. No dejo de pensar en lo que no tendrán ni harán. Y eso, cuando no consigo reprimirme, me destroza por dentro. Por eso intento compartir con ellos cosas imposibles de olvidar Quiero que me recuerden con la máxima nitidez posible. Por ejemplo, me fui con Dylan de vacaciones para nadar can los delfines, no creo que un niño olvide esto fácilmente. También me gustaría llevar a Disney World a Logan y respecta a Chloe, soy consciente que no recordará nada, pero quiera que crezca sabiendo que fui el primer hombre que se enamoró de ella”.




 A lo largo de 76 minutos llenos de humor y candidez, repasó su vida, reafirmó su amor por su mujer -a la que incluso sorprendió en el escenario con una torta-, sus padres e hijos y se despidió de mentores y alumnos con gracia y consejos.

Pausch habló en su última clase sobre la importancia de mantener los sueños infantiles, respetar a quienes nos rodean: "Espera lo suficiente y la gente te sorprenderá e impresionará" y a plantearnos preguntas incómodas.


La primera, cuánto deseamos algo "Las paredes de ladrillos están allí por una razón. Nos permiten demostrarnos cuánto queremos algo". La segunda, si fallecieras mañana, ¿cómo te despedirías? ¿Qué les dirías? ¿Qué harías? ¿Qué dejarías de hacer? ¿Por qué no lo has hecho hasta ahora?






Pausch planteó todo eso y más, sin caer en el melodrama ni permitiéndole a nadie que sintiera pena por él. Por el contrario, sazonó todo con ironía: "Si alguien tiene algún suplemento herbario o remedio alternativo, por favor, manténgase alejado de mí", mientras demostraba la vitalidad que por entonces conservaba arrojándose al piso y a puras flexiones de brazos.





Durante su disertación, Pausch nos provoca a enfocarnos en lo que realmente es significativo y valioso, revelando el secreto de vivir plenamente cada instante, hasta el último de nuestros días, disfrutando al máximo lo que hacemos y recordando que la vida es demasiado corta para quejarnos.




Aquella última lección fue así una lección de vida y de muerte, una lección sobre la perseverancia, una lección que, gracias a Internet, se convirtió en un éxito mundial y, después, en un libro escrito junto a Jeff Zaslow, reportero del 'Wall Street Journal', titulado 'The Last Lecture'. Hoy es un 'best-seller' que ha llegado a 32 idiomas y ha vendido más de cinco millones de ejemplares.




Para intentar frenar el cáncer, este profesor se sometió a agresivas cirugías y quimioterapia experimental. Pero la enfermedad siguió su curso y casi 10 meses después de anunciarlo, Pausch falleció en su casa de Chesapeake, Virginia, a los 47 años. Sus últimos meses de vida fueron una verdadera crónica de una muerte anunciada y amplificada por su éxito global en la Red.




Amigos, compartamos la maravillosa mirada ante la vida de este joven:







¿Quién era Randy Pausch?

 Randolph Frederick Pausch  nació el 23 de octubre de 1960 en Baltimore (EE.UU)  fue un profesor de ingeniería informática, de interacción hombre-máquina y de diseño en la Universidad Carnegie Mellon en Pittsburgh, Pensilvania, Estados Unidos..



Fue el segundo hijo de Fred, propietario de un pequeño negocio de seguros automovilísticos, y Virginia, profesora de inglés. Creció en el seno de una familia de clase media acomodada del estado de Maryland, pero sus progenitores jamás permitieron que el dinero se malgastara en cosas superfluas. Randy, como lo llamaban sus familiares y amigos, era un chico feliz y consideraba que le había tocado la lotería con los padres que tenía, ya que durante su infancia aprendió unos valores que llevó a rajatabla durante su vida.




Como estudiante siempre fue un empellón, martirizaba a sus profesores con preguntas, le encantaba jugar al ajedrez, seguía con devoción los capítulos de Star Trek y adoraba el fútbol americano. Su pasión por el deporte se la debía a su padre que, a los nueve años, lo había apuntado en el equipo de la escuela, donde desarrolló su cuerpo y su espíritu. Al regresar a casa hacia los deberes, cenaba con su familia y, luego, se dedicaba a leer y a consultar la enciclopedia World Book, una de las más importantes del mundo..








Pausch recibió su título de grado en Ciencias de la Computación en la Universidad Brown y su PhD en Ciencias de la Computación por la Universidad Carnegie Mellon. Fue cofundador, junto con Don Marinelli, de CMU's Entertainment Technology Center (ETC) y comenzó el curso de Construcción de Mundos Virtuales en el CMU y lo enseñó durante 10 años. Además fue nombrado National Science Foundation Presidential Young Investigator, y profesor de la Fundación Lilly. Pausch fue profesor en el Departamento Ciencias de la Computación en la Universidad de Virginia desde 1988 hasta 1997. Trabajó para Walt Disney Imagineering y para Electronic Arts (EA). Pausch fue el autor o coautor de 5 libros y 70 artículos, y el fundador del proyecto de software Alice.





A medida que iban pasando los años, Randy se fue convirtiendo en “el tío soltero”. Su vida habían sido los estudios y, aunque tenía un encanto natural simpático y juerguista, no encontraba la mujer que le robara el corazón. Durante la veintena y treintena se lo pasaba en grande cuidando a sus sobrinos, Chris y Laura, hijos de su hermana Tammy. Tenía ya asumido que no se casaría ni sería padre, cuando, a los 37 años, se cruzo en su camino Jai.

Randy había acudido a la Universidad de Carolina del Norte para dar una conferencia y Jai, de 31 años, trabajaba a tiempo parcial en el departamento de Ciencias Informáticas. Ella ya le conocía porque el año anterior había ido a una de sus conferencias, pero su timidez le había impedido entonces acercarse a él. Así que, en esta ocasión, decidió consultar la web de Randy para conocerle mejor y averiguar sus gustos e indagó si no se había casado por ser gay. “No, no lo es. Simplemente le cuesta sentar la cabeza”, le dijeron.

Cuando se vieron, Randy se enamoró a primera vista de aquella mujer de larga melena oscura y sonrisa cálida.






 El corazón de Randy latía a mil por hora cada vez que la veía, sentía cosquilleos en el estómago y se las ingeniaba para acabar cuanto antes las reuniones para reunirse con su chica. La distancia fue un problema, ya que ambos vivían a miles de kilómetros pero, cuando llegó el momento de compartir piso, Jai se echó atrás, asustada, ya que su primer matrimonio había fracasado. Randy le mandó una docena de rosas y una nota: “Aunque me entristece profundamente, respeto tu decisión y te deseo lo mejor”. Aquello surtió efecto y Randy y Jai se casaron bajo un roble centenario en el jardín de una famosa mansión victoriana de Pittsburg. A principios del 2002 nació su primer hijo, Dylan. En el 2005 lo hizo Logan y, a principios del 2007, una niña: Chloe.







Pausch recibió dos premios de la ACM en 2007 por sus logros en educación en informática. Estos eran el Karl V. Karlstrom Outstanding Educator Award y el ACM Special Interest Group on Computer Science Education Award por sus extraordinarias contribuciones a la educación de las ciencias de la computación. Él pasaría a ser miembro del ACM en 2007.
El Concilio de la ciudad de Pittsburgh declaró el 19 de noviembre de 2007 "El día Dr. Randy Pausch".

En mayo del 2008, Pausch fue catalogado por la revista Time como una de las 100 personas más influyentes del mundo.



En agosto del 2006, a Pausch se le diagnosticó un cáncer de páncreas. Comenzó un tratamiento muy agresivo para el cáncer que incluía cirugía mayor y quimioterapia experimental; sin embargo, en agosto del 2007, le dijeron que el cáncer había metastatizado al hígado y al bazo, lo que significaba que era terminal. Entonces comenzó una quimioterapia paliativa, intentando prolongar su vida todo lo que fuese posible. El 2 de mayo del 2008, un PET scan mostró que su cáncer se había extendido a sus pulmones, algunos ganglios linfáticos en el pecho, peritoneo y el retroperitoneo.




El 26 de junio de 2008, Pausch indicó que estaba considerando la posibilidad de detener aún más la quimioterapia, debido a los posibles efectos secundarios adversos.

El día 25 de julio de 2008 falleció a causa del cáncer de páncreas.

En el epílogo de su libro Randy finalmente  expresa.

" - Así que la lección de hoy se refirió al logro de los sueños infantiles - dije - pero, ya descubrieron la finalidad?

Hice una pausa. La sala de conferencias estaba en silencio.

- No sólo se refere a cómo alcanzar sus sueños.
  Se refiere a cómo guiar su vida.
 Si guían su vida por el camino correcto, el karma se ocupará de sí mismo.

Los sueños llegarán a ustedes."



Walt Disney Co. homenajea a Randy Pausch después de su fallecimiento




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