miércoles, 4 de enero de 2012

Orar con el cuerpo

El cuerpo - parte importante de nuestro ser - también puede ser un vehículo de unión con Dios.
El hecho de ponerse en contacto consigo mismo al sentir las reacciones del cuerpo ayuda a entrar en diálogo con Dios ya que el mayor obstáculo del silencio interior suele ser la tensión nerviosa.


Anthony de Mello  - sacerdote jesuita de origen hindú - propuso una serie de ejercicios a los participantes de la 32° Congregación General de la Compañía de Jesús que se reunía diariamente para hacer una hora de oración bajo su guía. Compartimos uno de ellos:


  • Iniciamos nuestro momento de oración con el siguiente ejercicio de relajación y silencio.

        Recordar que sentir  no es pensar.




1° Adoptar una posición de descanso y relajación. Los ojos pueden estar ligeramente cerrados o fijos en algún objeto cercano, más o menos a un metro de dsitancia.


2° Sentir el contacto de la ropa en los hombros.


3° Sentir que la espalda toca suavemente la silla.


4° Sentir el cuello que suavemente la cabeza adelante y atrás , a la derecha y a la izquierda.


5° Sentir el pecho que se dilata al aspirar el aire y se relaja  al expirarlo.


6° Tomar conciencia de las sensaciones del brazo derecho ..., del brazo izquierdo ..., de la mano derecha ..., de la mano izquierda ...., mantener las manos abiertas de manera receptiva y relajada sobre las piernas. Sentir también las manos que mueven lentamente cada dedo.


7° Sentir las plantas de los pies que tocan los zapatos.


Ocho o diez minutos de ejercicios, al principio de la oración, serán suficientes  para sentirse relajado , en paz y encontrar en el silencio el clima apto para la contemplación


Extraído de "Cuerpo y alma en oración"  Ediciones San Pablo, Bs. As. 2005

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