Al hablar de prosperidad, no debemos circunscribirnos solamente a lo material, debemos aspirar a ser prósperos en amor, alegría, salud, perdón, paz, motivaciones, seguridad, confianza, solidaridad, misericordia.
Quien no construye su conciencia de prosperidad, permite que patrones inconscientes de pensamientos de escasez le produzcan miedo y apego desordenado al dinero al que ven como algo separado de su esencia.
Por lo tanto, necesitamos sentir que la abundancia puede convertirse en una profunda experiencia espiritual que mantiene a la persona en el pensamiento de amor más elevado y en actitud continua de alabanza y acción de gracias a Dios por su abundancia.
Afirmemos:
Soy la libre expresión de la ilimitada riqueza del universo que se manifiesta a través de mí para mi propio bienestar y el bienestar de todos.
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