Según la terapeuta portorriqueña Muñeca Geigel - maestra de la vida, según su propia definición - podemos comenzar a construir nuestra conciencia de prosperidad al reconocer que somos uno con Dios.
Este reconocimiento nos permite sanar nuestra personalidad egoísta y comenzar a experimentar el amor compasivo, incondicional sabiéndonos totalmente unidos al Amor de Dios y a toda la creación. Podremos indiferenciar entre nuestro mundo interior y exterior. Así nuestra "voluntad es una con la de Dios y Su Conciencia Individual reclama lo que le pertenece por derecho de conciencia, del tesoro Universal siempre disponible e ilimitado".
"Para que la persona sea realmente próspera espiritual, mental y materialmente, es necesario que incorpore totalmente en su corazón, la conciencia espiritual de la ABUNDANCIA, que es vivir continuamente la práctica de la Presencia de Dios en el silencio de su corazón. Esta es la experiencia más elevada del ser, el Reino de los Cielos, en cada individuo".
"Esta es la conciencia espiritual de que no existe la separación entre el mundo espiritual y el mundo material"
"Desde esta conciencia fluye la manifestación externa de todo lo que la persona desee en lo profundo de su corazón"
Probemos afirmar:
La abundancia es mi estado natural.
Soy naturalmente abundante.
Muñeca Geigel en "Tú puedes tenerlo todo" Editorial Melvin, Caracas, 1997
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